La administración de fincas
La figura del administrador de fincas, en ocasiones, es mirada desde la lejanía con cierto recelo, pero lo cierto es, que la gente que ha necesitado de sus conocimientos bien sabe que se acaba considerando imprescindible entre las comunidades de propietarios y los vecinos como personas físicas.
Competencias
El administrador de fincas tiene unas competencias delimitadas, que podríamos englobar en tres categorías: financiera, legal y técnica.
Es importante delegar funciones legales en un administrador de fincas, en especial las que tienen que ver con la seguridad jurídica, para salvaguardar a los vecinos, entre otras cosas, de los temidos ocupas.
No menos importante es la gestión administrativa, especialmente la financiera, encargado de ejecutar cobros y pagos a menudo relacionados con el mantenimiento de las estructuras comunitarias y privadas, así como a hacer llegar al presidente de la comunidad la estimación de gastos de reparaciones y nuevas derramas.
Son además garantes del cumplimiento de las normativas vigentes y nuevas en pos del buen entendimiento entre la comunidad de propietarios y las instituciones públicas competentes, ahorrando, en muchos casos, bastante dinero a la comunidad.
Obligaciones
La figura del administrador de fincas queda circunscrita a un ordenamiento municipal y al código civil, donde se detallan sus obligaciones.
Debe procurar mantener en correcto estado la infraestructura comunitaria así como de los inmuebles privados que la componen. Prevención y actuación siempre actuando con transparencia y honorablemente.
Todas sus actuaciones, deben estar dentro del marco legislativo vigente, es por ello que quedan delegadas en él funciones como la de contratación de personal fijo o eventual, encargándose de las formalidades contractuales.
Los presupuestos también entran dentro de sus competencias, y deben ser transparentes y realizados en función de las demandas, las necesidades y las circunstancias actuales de la comunidad.
Confusiones habituales
A menudo se cree que entran dentro de las agencias inmobiliarias, y que están muy cerca de los agentes inmobiliarios, pero sus funciones difieren bastante, ya que un agente inmobiliario se desentiende de la gestión de bienes inmuebles una vez se ha firmado un contrato de compra/venta.
El home staging, muy popular en EE.UU, significa "su casa puesta en escena", y también es una función delegado en el administrador de fincas, que se encargará, tanto si el destino final del inmueble es la venta o el alquiler, de acondicionar, dentro de las posibilidades, el inmueble, de la forma más idónea para su finalidad concreta.
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