Las ventas de bicicletas eléctricas están experimentando un fuerte aumento en toda Europa según los últimos informes de los ciclistas europeos. La Federación de Ciclistas Europeos (ECF) predice un aumento del 55% para los próximos nueve años. Su aumento en popularidad no debería sorprender a nadie ya que las bicicletas eléctricas son más ligeras, más potentes, más económicas y, lo que es más importante para los consumidores, más baratas.
Con muchas ciudades europeas imponiendo un nuevo enfoque en el ciclismo para reducir la congestión y los niveles de contaminación, sus ciudadanos buscan aprovechar las rutas de ciclismo mejoradas con alternativas a las bicicletas tradicionales. Además, a medida que las ciudades se expanden hacia el exterior, los tiempos de viaje se hacen más largos y más costosos. Con los viajeros frecuentes dispuestos a evitar el aumento del coste del transporte público y el hacinamiento, las bicicletas sin motor hacen que ir en bicicleta al trabajo sea poco realista.
Tres buenos ejemplos de países que están viendo un aumento en el uso de bicicletas eléctricas son los Países Bajos, España y el Reino Unido.
Los holandeses siempre han sido uno de los países líderes de la bicicleta en Europa, con Ámsterdam con el segundo mayor número de ciudadanos que realizan un uso regular de la bicicleta. Con tanta gente que depende de su bicicleta, muchos esperaban que la tasa de adopción de bicicletas eléctricas fuera lenta en los Países Bajos. Sin embargo, a pesar de la preocupación de que los holandeses no estarían dispuestos a deshacerse de sus probadas bicicletas de pedales tradicionales, las ventas de ebike experimentaron un enorme aumento de hasta el 24% entre 2014 y 2015, con un total de 276,000 unidades vendidas en un período de doce meses.
Lo más interesante fueron las ventas observadas en España y el Reino Unido. Se sabe que tanto los británicos como los españoles evitan viajar en bicicleta, ya que los dos países ocupan los puestos 13 y 14, respectivamente, en ventas de unidades de bicicletas eléctricas. A pesar de estos índices de adopción relativamente bajos, las ventas de bicicletas eléctricas aumentaron en un 40% entre 2014 y 2015, principalmente gracias a las nuevas inversiones del gobierno en rutas ciclistas.
De manera similar, en el Reino Unido, si bien los aumentos anuales en las ventas de unidades son lentos, el gobierno está dispuesto a que más personas se desplacen en bicicleta. A comienzos de 2017, anunciaron un fondo de £ 64 millones destinado a fomentar que más personas empiecen a pedalear.
Además, están surgiendo nuevas tecnologías que ayudan a las ciudades a planificar las rutas ciclistas con mayor facilidad. La herramienta web de código abierto, Propensity to Cycle Tool (PCT), permite a los planificadores urbanos visualizar y estimar la demanda de ciclismo. Con su función de bicicleta electrónica, se puede tener en cuenta que los pasajeros estarían dispuestos a viajar más lejos en bicicleta y poder enfrentar pendientes más empinadas. Ampliando, así, enormemente las rutas ciclistas numéricas que podrían agregarse a la infraestructura actual y futura.
Actualmente, la herramienta solo está disponible para las principales ciudades inglesas, incluidas Londres, Liverpool y Manchester, pero los desarrolladores esperan poder expandirla a todas las ciudades más grandes de Europa en el futuro.
Con cada vez más personas que buscan alternativas al transporte público, además de querer evitar los vehículos de gasolina y diésel, y con la continua inversión del gobierno en infraestructura de bicicletas, la demanda de bicicletas eléctricas solo seguirá aumentando.